En 1975, España abandona a su suerte al Sahara Occidental, hasta entonces colonia española en África. Marruecos y Mauritania pronto se apresuran a repartirse el pastel, en lo que se denominó la “Marcha Verde”: una ocupación civil de los territorios. Sin embargo, paralela a ella se sucede la “Marcha Negra”, un avance destructivo del ejercito marroquí que obliga a los saharauis a abandonar sus casas y a lanzar una contraofensiva a través de la creación del FRENTE POLISARIO. Mauritania pronto se retira debido a sus escasos recursos armamentísticos y comienzan 16 años de confrontación entre Marruecos y el Sáhara Occidental que acaban con un muro en medio del desierto (real, porque lo hemos visto) y con 250.000 personas desplazadas a los campos de refugiados de la Hammada de Tindouf en Argelia. Desde el 91 hasta hoy, muchas negociaciones infructuosas y mucha acumulación de hartazgo en un conflicto bloqueado por los intereses de paises como Francia, que se beneficia de las explotaciones marroquíes en territorio saharaui. Una vez más, los poderosos juegan al Risk mientras los débiles juegan a sobrevivir.
