Una delegación de Viajes Chezas encargada de evaluar la calidad de algunos resorts turísticos ha viajado hasta la República Dominicana. Para nuestra desgracia, el mundo desarrollado se encuentra en latitudes medias, con fríos inviernos y gentes ásperas como el esparto. Pero a tan sólo 19º de latitud y a orillas del Caribe, las temperaturas rondan los 22-30 ºc con un 85 % de humedad relativa. Pasado el Jet Lag (enfermedad de ricos) por el desfase horario, el cuerpo se adapta rápido a la inactividad y al pestruceo impuestos por el ambiente. Lo más esforzado que puede hacerse es bucear en alguno de los arrecifes de coral de la costa (el agua está a 26/28 ºc) beberse un agua de coco con ron o esperar a la puesta de sol. Las excursiones en barca a playas vírgenes son todo un negocio local, y en isla Catalina (una meca del buceo en el Caribe) las comanda un tipo que se hace llamar El Corsario Platino, con el que Viajes Chezas tuvo oportunidad de intercambiar impresiones (antepenúltima foto)