Nos adentramos en Bosnia... la carretera asciende y pasamos del pedregal polvoriento de Herzegovina a una especie de fondo de pantalla alpino de Windows. Prados y bosques de montaña algo agobiantes (no terminan) son el destino que Elel tenía reservado para sus amighitos. Estamos en la zona donde Karadzic estuvo escondido durante años. El Parque Nacional de Sutjeska ha comenzado a recibir turistas hace muy pocos años. Curiosamente, los serbios de las montañas, a los que temía más que a un nublao, son bastante más afables y divertidos que los croatas. Algunos de los tipos con los que nos cruzamos (incluido el pedazo de pan de la casa rural en la que pernoctamos) seguramente no pasarían un test CSI de manos limpias de sangre... pero así es la cosa.
Por cierto, a los amighos aventurero-burgueses trekkineros (los que llevan el símbolo NorthFace tatuado en el orto y suben cumbres creyendo que no lo hacen para triplicar el ego) ; en Bosnia hay 5 parques nacionales, y el de Sutjeska alberga el bosque alpino más antiguo de Europa. Se recomienda no pernoctar con comida para que los osos (más de 1.200) no te borren el cero in the night mientras te introducen un kit-kat por la uretra...
Por cierto, a los amighos aventurero-burgueses trekkineros (los que llevan el símbolo NorthFace tatuado en el orto y suben cumbres creyendo que no lo hacen para triplicar el ego) ; en Bosnia hay 5 parques nacionales, y el de Sutjeska alberga el bosque alpino más antiguo de Europa. Se recomienda no pernoctar con comida para que los osos (más de 1.200) no te borren el cero in the night mientras te introducen un kit-kat por la uretra...
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